Arranca el VIII Certamen de Teatro Aficionado de Valdemorillo

Mañana, viernes 9 de octubre de 2009 arranca el VIII Certamen de Teatro Aficionado de Valdemorillo, que se desarrollará durante los fines de semana de octubre. Las actuaciones tendrán lugar todos los viernes y sábados desde el día 9 hasta el 24 a las 21:00 horas. El 31 tendrá lugar la ceremonia de clausura en la que se anunciarán los premios del certamen durante una gala en la que COVAL amenizará el cotarro con la puesta en escena de unas pequeñas comedias de Chejov. La entrada a todas las representaciones es gratuita y se espera una masiva acogida de público como en anteriores ediciones del certamen.

Seis grupos han sido seleccionados para esta edición del certamen, que pondrán sus pies en las renovadas tablas del escenario de la casa de cultura Giralt Laporta de Valdemorillo, según la siguiente programación:

Viernes 9 La Farándula de San Ginés Cena para Dos	Sábado 10 Lo Más Crudo Teatro Como si fuera esta noche
Viernes 16 Las Bernardas Troyanas	Sábado 17 Asociación Cultural Segundo Acto El Burgués Gentil Hombre
Viernes 23 Grupo de Teatro Maru-Jasp Dirección Gritadero	Sábado 24 Benevivire Teatro Producto Contingente

Así pues, el grupo La farándula de San Ginés, abrirá el certamen con la representación de “Cena para Dos”, de Santiago Moncada, en la que se nos recuerda que el ansiado elixir de la eterna juventud, al menos en lo que a enamorarse se refiere, no consiste en un mejunje custodiado por hordas de guerreros santificados oculto en las ruinas de un legendario templo al resguardo de un copón bendito, sino en el propio espíritu de las personas que desean volver a disfrutar de la magia del amor, desterrando los mitos de su propio pasado.

El sábado, día 10 de octubre, Lo Más Crudo Teatro será el segundo en participar, con “Como si fuera esta noche”. En palabras de su autora, Gracia Morales, “...Desde mi punto de vista, los pilares que sostienen Como si fuera esta noche son el deseo y la memoria. Quise que Clara y Mercedes, sus dos protagonistas, pudieran encontrarse en un espacio común, superando una barrera temporal de dieciocho años. Que pudieran decirse y decirnos las frases que aprendemos a guardar ("con sus esquinas dobladas") en el fondo de los cajones. No resultó difícil dejarlas elegir entre la palabra o el silencio; ellas reclamaban su derecho a hablar o a permanecer calladas, llevándome de la mano por ese maravilloso camino que recorre el autor cuando un personaje le encuentra”.