Efectos musicales en directo, caos sutilmente dramatizado, humor y la respuesta interactiva de un público que a ratos bebió, comió, rió, odió y se enterneció con un par de... parodias chejovianas.
Como dijera tantas veces el bueno de Obelix, en sus cruzadas contra los romanos, al grito de ¡Están locos estos de COVAL! terminó la representación de "La ruleta rusa" sobre el escenario del Centro Cultural Miguel Hernández. Claro que lo del escenario es un decir, porque el caos organizado por esta simulada Compañía de actores extendió su dominio desde los entretelares hasta el proscenio, pasando por la platea, remojando de moscatel el gaznate del público asistente y de agua fresca la soberbia de un malhumorado granjero de la estepa rusa que previamente había sido acribillado a calcetines desde el patio de butacas. Aquí no se salva ni la máxima autoridad de la Consejería de Parques y Jardines, que se ve sorprendido repetidamente por los micro bióticos proyectiles lanzados sin querer por uno de sus subordinados. Menos mal que ahí estaba el pianista, recién llegado de la cornisa cántabra, para poner orden en el rebaño. Desde estas líneas, y en nombre de todos los miembros de Teatro COVAL, queremos hacer llegar nuestra más querida felicitación a organizadores y participantes del XII Festival de teatro del C.C. Miguel Hernández, por contribuir a fomentar el teatro aficionado en nuestra Comunidad.
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